MADRINAS Y PADRINOS

Por qué nuestra agricultura es orgánica

En Apadrinaunolivo.org estamos comprometidos con el medio ambiente y el uso racional de los recursos naturales y, como organización cuya actividad principal es la agricultura apoyada en la tecnología y la innovación, creemos necesario argumentar con rigor y datos nuestra posición con respecto a la forma en la que producimos alimentos.

Una de las lacras de los últimos años es la desinformación. Los consumidores nos vemos sumergidos en una avalancha de titulares que nos llevan a la confusión y, en muchas ocasiones, a la polarización.

Parece que ya no hay punto medio: o eres de los buenos o eres de los malos. Esta problemática empeora aún más cuando se tratan asuntos tan delicados como la salud humana o el medio ambiente desde la ignorancia y la falta de rigor científico. Aún tenemos al actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, negando la evidencia científica que es el cambio climático. “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”.

En el ámbito de la agricultura, la desinformación y la ignorancia minan el camino del debate y allanan el terreno de la postverdad. Seamos sinceros: no hemos sabido comunicar qué es la agricultura. Los jóvenes consumidores que se dirigen hoy en día a un lineal desconocen qué ha ocurrido para que esa montaña de manzanas esté ahí. Sin embargo, nos vemos con el valor suficiente como para hablar de agricultura ecológica, productos BIO y fruta orgánica. ¿Estamos realmente preparados?

Sería genial poder afirmar que la agricultura ecológica, que es nuestro modelo de producción, es la solución a todos los males, la panacea, la solución definitiva para cuidar al medioambiente y alimentar a la población creciente. La realidad, sin embargo, es más complicada que la simplificación de términos y la reducción a lo absurdo. Por ello, vamos a clarificar una serie de dudas alrededor del cultivo ecológico desde el rigor y los datos:

  • Los conceptos BIO y orgánico funcionan como sinónimo de ecológico desde el punto de vista legal.
  • Que una producción sea ecológica significa que el producto contiene al menos un 95% de su peso de ingredientes cumpliendo con el Reglamento Europeo 834 de 2007 de producción de alimentos, que limita el uso de productos fitosanitarios y fertilizantes sintéticos. Sin embargo, este reglamento permite la aplicación de productos químicos naturales tales como el cobre. Por lo tanto, la afirmación “la agricultura ecológica no contiene químicos” es rotundamente falsa.
  • No hay diferencias nutritivas entre productos ecológicos o de agricultura tradicional.
  • Todos los productos que están en los lineales cumplen exactamente con los mismos controles de seguridad, que en el caso de la Unión Europea es de los más estrictos del mundo. Por lo tanto, en cualquier producto que compres tienes garantiza la seguridad alimentaria independientemente del modo de producción. Estos mecanismos de seguridad tan estrictos imposibilitan el hecho de que un producto llegase al supermercado si se acercase remotamente a los límites de residuos. Los agricultores de producción convencional que aplican fitosanitarios químicos sintéticos aseguran la seguridad de su producción mediante los plazos de degradación de residuos que les permiten llegar al final de la campaña cumpliendo ampliamente con la legalidad vigente y, en algunos casos, con residuo cero. Afirmaciones como “nos envenenan” contribuyen a crear una alarma sanitaria que jamás ha existido y que no está apoyada en datos reales, impactando principalmente sobre los propios agricultores y productores.
  • El reglamento de agricultura ecológica no permite el uso de transgénicos, pese a ser una herramienta tecnológica fundamental para conseguir variedades resistentes a plagas, enfermedades o sequías.
  • La agricultura ecológica es, de media, un 25% menos productiva que la agricultura convencional.
  • La agricultura convencional tiene un impacto muy negativo en la biodiversidad y la fertilidad de los suelos.

Desde nuestro punto de vista, nos alegra que este tipo de debates estén poniendo en el centro una cuestión tan importante como es la agricultura, y nos permiten arrojar luz sobre por qué nuestra producción es como es. Nuestro enfoque es claramente medioambiental y por ello nuestra forma de producir alimentos nos hace sentirnos más cómodos en la agricultura ecológica:

  • Buscamos la máxima sostenibilidad en el ambiente natural. La protección del suelo es un valor fundamental, por lo que tratamos de impactar lo mínimo posible en el mismo, buscando aumentar la fertilidad del suelo en fincas que han sido abandonadas durante años.
  • Tratamos de realizar un uso racional de los recursos naturales, garantizando el menor impacto energético posible en el medioambiente. Al no emplear fertilizantes sintéticos, ahorramos la energía necesaria para producirlos, y se reduce la escorrentía de nitrógeno y fósforo, dañina para la vida en ríos y lagos.
  • Favorecer la biodiversidad es clave para nuestro proyecto, y la agricultura ecológica nos permite preservar el estado natural de del territorio, así como aumentar la fauna auxiliar.
  • La agricultura ecológica contribuye al desarrollo de zonas rurales, donde los recursos son limitados y la mano de obra es necesaria.

Tenemos la certeza de que en el futuro ambos tipos de agricultura coexistirán, e incluso ambas compartirán prácticas y técnicas que las harán mejores. Mientras tanto, nuestra posición seguirá fundamentándose en los valores de nuestro proyecto, entendiendo y respetando posiciones alternativas con rigor, y luchando para hacer de este mundo un lugar mejor donde vivir.

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