Las mujeres, especialmente las rurales y anónimas, se encuentran en primera línea de fuego frente a la globalización, el cambio climático, la seguridad alimentaria, la microeconomía… y ahora, también, frente a la COVID-19. En el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) reivindicamos desde Apadrinaunolivo.org a la mujer rural.

Dice ONU Mujeres que las féminas que viven en entornos rurales son “garantía” para la seguridad alimentaria, resiliencia ante el cambio climático y fortalecedoras de la economía. Plantar batalla a todos estos problemas mundiales desde un pueblo no merece menos que el recuerdo de esta labor una vez por año. Es por eso que, en diciembre de 2007, la organización internacional escogió el 15 de octubre como onomástica para celebrar la labor que desde el lado rural femenino se lleva a cabo. Muchas veces en la sombra. Las más de las veces, sin reconocimientos ni protección de sus derechos.

La llegada de la pandemia mundial ha extremado aún más si cabe su situación de vulnerabilidad. Según asegura AFAMMER (Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural), la COVID-19 “ha quitado empleo a las mujeres y ha otorgado (…) un incremento en las tareas del hogar”. Algo en lo que concuerdan también la UNESCO y ONU Mujeres. Desde ambas instituciones se pone el acento en ser conscientes de las desventajas de luchar contra la pandemia desde áreas remotas en cuanto a imposibilidad de acceso a recursos tanto sanitarios como de apoyo social.

Por todo ello el lema propuesto este año por la ONU para su Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) es “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19”, como vía de crear conciencia sobre su importante rol en los desafíos que ha puesto sobre la mesa la pandemia.

Como datos de impacto que apoyan este papel fundamental, la organización internacional reflexiona sobre dos situaciones hipotéticas. En la primera asegura que si, para 2025, consiguiéramos reducir la diferencia en fuerza de trabajo entre hombres y mujeres un 25%, el PIB mundial aumentaría en consecuencia un 3,9%. La segunda resulta más impactante si cabe, al generarse una disminución de entre 100 y 150 millones de personas en situación de hambre, si las mujeres de estas áreas tuvieran las mismas oportunidades de acceso a los derechos, educación y recursos que los hombres.

Pueblos en femenino

En nuestro país, según datos de 2019 del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, un 48% de la población rural se compone de mujeres, teniendo en cuenta los municipios de menos de 5000 habitantes.
En general se puede afirmar que la tasa de mujeres que habita el medio rural español es bastante estable, manteniéndose en cifras alrededor del 50%. Siendo más acusada la presencia femenina en aldeas gallegas y de la cornisa cantábrica y menos numerosas porcentualmente en la provincia de Burgos con un 45% de población rural femenina.

La mujer en el entorno agrario

De cada diez mujeres que trabajan en el campo, seis no cotizan por esta actividad. Es más, y según AFAMMER, el 82% de las mujeres que habitan el medio rural se dedica a labores ganaderas o agrícolas pero el 59% de ese porcentaje no cotiza por este trabajo. Según esta misma organización, solamente el 9% de las empresas agrarias están en manos de mujeres directivas
Según el Instituto de la Mujer y Para la Igualdad de Oportunidades, el informe “Condiciones de Vida y Posición Social de las Mujeres en el Medio Rural” de 2009 ya advierte de la situación laboral deficiente que afecta a este sector de población sufriendo una importante falta de oportunidades para el empleo, precariedad laboral, baja afiliación a la seguridad social, deficiente apoyo de las instituciones públicas, sobrecarga de trabajo debido a su tradicional papel de cuidadoras y responsables del hogar, entre otras condiciones de desigualdad.

Sin embargo, ONU Mujeres asegura que la fuerza femenina representa el 43% de la mano agraria en el mundo, con lo que esto implica sobre la alimentación global. En España la cifra de mujeres dedicadas a la agricultura, la ganadería y la pesca ronda las 180.000 personas. Según datos del Instituto de la Mujer en 2020 esta cifra supone más del 23% de la población. Desde 2017 se ha producido un leve descenso en el mencionado porcentaje que alcanzó sus picos máximos, rondando el 30% en 2008 y 2010. Más allá de estos sectores, destacan las ocupaciones femeninas relacionadas con el turismo rural, suponiendo esta área una alternativa de futuro sobre todo para aquellas dispuestas a emprender.

Emprendiendo en Femenino

Según datos del “Plan para la Promoción de las Mujeres en el Medio Rural (2015-2018)” las cotas de mujeres rurales que se han decidido a emprender en este periodo superan con creces a las presentadas en entornos urbanos. El 54% de emprendedores rurales fueron mujeres frente al 46% de hombres y al 30% copado por mujeres en áreas urbanas. Asimismo, otro dato interesante es que el 79% de estas empresarias son autónomas, decantándose por iniciativas de autoempleo que trascienden a los tradicionales métodos agrícolas o ganaderos y apostando por la diversificación económica en la España despoblada con pequeñas empresas de artesanía, ecoturismo, manufacturas dentro de la ecología, etc.

Para todo ello el acceso a las TIC, la formación y el asesoramiento legal, psicológico y económico suponen factores determinantes de éxito. Es por ello que iniciativas como las lanzaderas de autoempleo y emprendimiento son de gran relevancia. Entre ellas destacan algunas por su longevidad como Ruraltivity (http://www.ruraltivity.com/), desarrollada por FADEMUR en pro de la mujer emprendedora en entorno rural desde hace más de 20 años.

Valores asociados

El valor de custodia de la mujer en nuestro territorio es incontestable y en el medio rural lo es aún más. Responsables de la salud y de los cuidados familiares, las mujeres se encargan también de la seguridad alimentaria de todos, como ya decíamos al comienzo, así como de la diversificación económica de áreas despobladas, remotas y con déficit de servicios.

En manos femeninas recae en la actualidad una dura tarea, la de repoblar y dar sentido a la España rural. Para ello ONU Mujeres propone un decálogo de buenas prácticas sobre el que dar apoyo a esta red femenina que soporta la tarea de mantener hábitos de vida que a día de hoy pueden suponer una esperanza de un futuro mejor para todos. De entre las directrices facilitadas por la organización internacional destacan una red de soporte público facilitando el acceso a servicios como la salud, la educación, la tecnología, entre otros; acabar con la violencia en su entorno y con la injusticia y desigualdad social; empoderamiento femenino datando a las mujeres de mayor responsabilidad política, social e incluyéndolas en las prácticas de liderazgo; o el acercamiento de las energías sostenibles y renovables a sus vidas, salvaguardando a la vez el futuro de todos. Solo fomentando este espíritu de resiliencia se conseguirán cambios efectivos en nuestros entornos.

Las mujeres en Apadrinaunolivo.org

Nuestro apoyo a la igualdad es incuestionable, forma parte de nuestro compromiso social. Desde una de nuestras fundadoras, a varios miembros del equipo de comunicación pasando por trabajadoras del campo encargadas de cuidar los olivos, administrativas y personal de la almazara son mujeres. Y un porcentaje de ellas trabajan desde Oliete, constituyendo un ilusionante ejemplo de futuro para mujeres en entornos rurales.

 

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