Las protestas de los agricultores están creciendo, comenzaron en Francia y ya se han extendido por Europa y también han llegado a España con tractoradas cortando carreteras esta semana en más de 10  comunidades autónomas. 

Cómo ONG que trabaja de primera mano con pequeños agricultores nos nace compartir lo que sentimos y cómo vemos la situación, que es compleja. 

Cuidar a los que cuidan las tierras

Lo primero, apoyamos las reivindicaciones en defensa del sector agrario y del campo, especialmente aquellas que provienen de los pequeños y medianos agricultores y ganaderos, porque es aquí dónde está la primera clave para entender lo que está pasando. 

En un sistema productivo agresivo y global es importante reconocer que el sector agrícola es básico en el desarrollo de nuestro país y nuestros territorios. Tenemos que  proteger a los productores de cercanía, en especial a aquellos que representan la producción en el Mundo Rural porque garantizan nuestra calidad alimentaria, asientan población y trabajan nuestras tierras. 

Nuestro respaldo a estas movilizaciones va más allá de un gesto oportunista por nuestro lado, ya que también participamos en esta cadena productiva, es también una cuestión de justicia social y de reconocimiento del papel fundamental que desempeñan los trabajadores del campo en la sociedad. 

No se trata únicamente de defender a los grandes o pequeños propietarios, sino de proteger a todas las personas que trabajan y viven del campo día a día, tanto en España como en el conjunto de la Unión Europea. Es importante tener en cuenta que este no es solo un problema nacional, sino también europeo, y por tanto requiere de soluciones globales. 

Claves para entender la situación

Los problemas que se destacan desde el campo, también son las regulaciones de cara a las importaciones de productos agroalimentarios extracomunitarios ligados a menos derechos laborales y menos regulaciones que los de dentro de la Unión Europea y que además tienen un impacto mucho mayor que los productos de proximidad que producimos aquí. En este juego también entran las grandes superficies de consumo que buscan maximizar sus beneficios con estas importaciones, frente a los precios justos por los que se debería abogar dentro de la UE. 

Por eso es  necesario destacar la importancia de la Ley de la Cadena Alimentaria, que lleva en vigor un año en España y que fue aprobada para garantizar que los agricultores y ganaderos no vendan por debajo de los costes de producción. Es necesario que esto se aplique ya que es una de las garantías de que los agricultores y ganaderos no trabajen a pérdidas y por tanto sean viables sus explotaciones. Las asociaciones agrarias tienen razón al pedir una revisión de esta ley para garantizar una aplicación efectiva que proteja los derechos de los productores.

Además, no podemos obviar el problema de la sequía y la necesidad de ofrecer ayudas para paliar esta situación, un problema que año tras año, va en aumento. Es fundamental implementar medidas que promuevan una agricultura sostenible y respetuosa con el medio ambiente, así como que fomenten asentar población en el Mundo Rural y contribuyan a la recuperación de nuestros pueblos. Y en especial que garantice un relevo generacional tan importante y urgente. Ya que sólo en Aragón en los últimos 5 años, hemos perdido 1300 agricultores y la media de edad está en los 61 años. 

Queda demostrado que los proyectos en el Mundo Rural vinculados a la agricultura y a la ganadería sí que pueden ser sociales, rentables y sostenibles, como llevamos haciendo desde Apadrinaunolivo.org 10 años, apostando por un modelo de país que proteja a sus productores, por un campo que cuide a sus trabajadores y por una sociedad que respete el valor añadido que da esta agricultura profesional, social y asentada en el territorio.

Por un mundo rural vivo y escuchado. 

Nicolás López Sancho